Mis querid@s lectores/as.
La semana pasado hemos acompañado al notario a nuestros primeros clientes. La verdad es que uno, quizá, ha empezado a perder ese cosquilleo en el estómago que solía sentir las primeras visitas a la notaría. Pero aún conservo la ilusión de ese instante en el que acompañas a tu cliente al momento en que se convertirá en propietario.
Se trata de un momento de especial importancia por la trascendencia y los requisitos a cumplir para llegar a ese día. Pero cuando ves las caras de los vendedores, que han confiado en ti, que han creído en lo que les has dicho y ahora llega el momento de desprenderse de uno de sus mayores bienes y ves las caras de los compradores para los que has peleado unas buenas condiciones de hipoteca, que han confiado su tiempo y su dinero a tu experiencia y contactos, es en ese momento cuando uno siente la mayor satisfacción. En este oficio no hay mayor recompensa que la confianza de un cliente.
No es menos cierto que el acto de la Escritura Pública también es un momento tedioso, por lo largo que se hace cumplimentar y cotejar toda la documentación y dar tempo a la lectura de las escrituras de compraventa y de la hipoteca. pero también es cierto que hay mucho en juego y hay que saber qué se firma y a que se expone en uno en caso de no hacer las cosas bien.
No debemos olvidar que han sido semanas e incluso meses de una tensa calma mientras que hemos puerto el anuncio en Internet, hemos puesto el cartel, hemos salido en redes sociales, hemos tenido visitas. Por fin!!!!.....un comprador nos lanza una oferta. La negociación es dura e intensa pero conseguimos cerrar un acuerdo. Llega el momento de conseguir financiación al cliente y los bancos no nos dan buenas noticias, pero al final salvamos los obstáculos y conseguimos la ansiada financiación.
Todo ese esfuerzo, ese trabajo, esa tensión se ve recompensada en ese último momento en el que conseguimos nuestro objetivo, que no es otro que hacer realidad las ilusiones de nuestros clientes. El que vende porque pronto iniciará una nueva etapa de su vida y el que compra porque recién la comienza.
Como veréis son muchas las personas que intervienen en la compraventa de una vivienda. Está el agente inmobiliario, Está la compañera coordinadora que es la encargada de la publicación del foto-reportaje en los diferentes canales publicitarios. Están cada uno de los clientes compradores potenciales. Nuestro asesor financiero. Los directores de oficina de los bancos a los que pedimos financiación, el tasador, los oficiales de notaría y el notario.
Cuando llegas a la notaría, parece que fue ayer cuando descolgaste el teléfono para llamar a ese piso al que llevabas siguiente cerca de un mes. Por fin consigues hablar con el propietario y concertar una cita para la valoración del inmueble. Después de hacer una buena presentación de servicios consigues su confianza para poner el piso en venta.......y ahora ya estáis en el notario. Os habéis reído, os habéis contado miles de anécdotas, también ha habido momentos tensos, hasta que todos comprendimos y entendimos a la otra parte y pudimos llegar a un acuerdo. Al final del proceso, casi llegas a emocionarte de todo lo que habéis pasado el cliente y tu, pero todo ha salido bien.
Desde este blog también quiero agradecer el trabajo de los gestores y de los notarios, así como de los directores de oficina. A tod@s, GRACIAS.
Os espero en la próxima entrega de......Diario de un inmobiliario.
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